Leía en el dominical como una chica con una grave enfermedad logró a través de un blog expresar aquello que no podía hacer de otro modo. Y encontró una vía de escape y de curación, la enfermedad tenía cura en ella misma, pero tenía que desbloquearse.
Desde que aprendí a escribir he ido rellenando hojas y hojas, diarios, cuadernos, que luego rompía porque no quería que se leyeran, y es más, no quería ni volverlo a leer yo.
Pero es curisoso cómo me apetece escribir, aunque a la hora de ponerme a ello, no escribo nada de lo que tengo en mente. Aún no soy capaz de mostrar... pero estoy en ello.
No quiere decir que lo muestre escribiendo, o hablando, pero si que ha llegado el momento de dejar atrás el bloqueo. No puedo decir que haya sido una decisión madura, porque no ha sido así, sino que las consecuencias del bloqueo no me han gustado nada, y eso ha hecho que diga hasta aquí.
Sé que es complicado, lo está siendo, desde el primer segundo, pero siento que al respirar no tengo que buscar el aire, y eso me gusta.